Puede haber una tendencia a atribuir el cambio del diseño de oficinas a una adaptación a la situación provocada por la pandemia. Sin embargo, los espacios abiertos y oficinas centradas en el usuario estaban claramente implantadas antes del COVID 19. Era ya una tendencia entonces por la que se inclinaban muchas empresas, especialmente las grandes tecnológicas internacionales, que abrieron una nueva visión del trabajo y de las relaciones interpersonales, ¿quién no vio en algún momento imágenes de las oficinas de Google en Silicon Valley? O la posterior expansión de coworkings en las grandes ciudades.
Pero la pandemia ha modificado este proceso de transición hacia un modelo de oficina que todavía no está muy claro, y la pregunta puede ser si las oficinas abiertas y compartidas seguirán siendo la tendencia o sufrirán alguna modificación. Para empezar, las divisiones entre puestos de trabajo se han convertido en una realidad en la era COVID, pero las separaciones transparentes han sido la tendencia, precisamente para no distorsionar ese diseño abierto e interactivo entre personas. De separadores tapizados o en madera, completamente opacos, se ha pasado a separadores de materiales transparentes como el metacrilato, el policarbonato o el cristal. Pero, ¿continuarán estos separadores en la era post COVID? ¿Seguirán los espacios abiertos y compartidos en oficinas?
No estamos todavía propiamente en la era post COVID, pero sí de camino a ella, y parece que estos espacios abiertos en los que prima la interacción siguen creciendo, sin haber sufrido modificaciones en aquella tendencia anterior a la pandemia. Los coworkings siguen en auge, creciendo a través de zonas de trabajo compartidas y espacios comunes. A pesar de los cambios de hábitos tras la COVID, los encuentros tanto planificados como no planificados siguen siendo necesarios y productivos a todos los niveles, incluido el emocional.
Espacios centrados en el usuario, híbridos y flexibles, que llegaron como consecuencia de un cambio cultural en el entendimiento del trabajo, se han podido ver drásticamente atacados como consecuencia de la COVID 19, pasando en dicha era a un aislamiento total entre las personas, a espacios separados, a un cierto miedo o respeto a la socialización y a la eliminación de espacios compartidos, al trabajo desde casa y en solitario y a una expansión de la conexión digital a distancia. Pero, ¿hasta cuándo durará?, ¿continuarán las personas teniendo precaución en la socialización?, ¿las empresas continuarán fomentando el teletrabajo?, ¿preferirán las personas trabajar en sus casas? o, por el contario, ¿terminaremos olvidando esta “pesadilla” retomando la tendencia donde se dejó o con nuevas influencias? Son muchas las dudas sobre los cambios que sin duda la pandemia ha trasladado a nuestras vidas, y en todos los sentidos. Pero la mayor duda es si esos cambios de hábitos y de prioridades terminarán olvidados en unos años o han llegado para quedarse.
De momento, parece que el diseño de oficinas retoma su tendencia hacia esos espacios abiertos y compartidos con una deseada necesidad de socialización, si bien combinado con un teletrabajo alterno con el que parece que desea convivir. Espacios abiertos y flexibles para oficinas que alternan con días de trabajo desde casa, puede invitar a ciertos cambios en el diseño de espacios de oficina post COVID.
Así, se convierte en imprescindible el diseño y el mobiliario soft-seating, como solución a estos encuentros más desentendidos, en zonas aireadas o exteriores. El outdoor convive en estos espacios, muchas veces cubiertos para uso en todas las estaciones del año. Esta transición en el mobiliario también se refleja en las preferencias de los clientes. Cualidades ergonómicas normalmente requeridas en sillas operativas para cumplir las normativas de Prevención de Riesgos Laborales, se convierten en una exigencia por parte de los usuarios, quienes reclaman mobiliario que se adapte a sus jornadas laborales y cuiden su salud. Se busca que el espacio de trabajo sea un espacio seguro y que fomente la salud de sus usuarios, no solo física sino también mental.
El mobiliario polivalente, válido para espacios interiores así como exteriores, se convierte en un valor añadido para cualquier área. Se valoran también aquellos productos que provengan de empresas en las que la sostenibilidad sea clave, ya sea formando parte de su propio ADN, o que se encuentren en transición a una vía verde como resultado de una escucha del mercado y los clientes. Clientes que no solo buscan la sostenibilidad del producto, sino también su calidad: la materia prima puede estar en el punto de mira.
Finalmente, la tendencia en el diseño de interiores muestra también una evolución de los espacios de trabajo. Hoteles, cafeterías, zonas de espera en estaciones de tren o aeropuertos, entre otros, comienzan de nuevo a abrirse paso en un mercado en el que no hace mucho sólo se encontraban las oficinas. Y es que las nuevas situaciones nos han puesto a prueba y nos han demostrado que en muchas ocasiones, el trabajo no sólo se puede llevar a cabo en oficinas, en coworkings o en casa, si no que otros muchos espacios públicos pueden alojarnos durante nuestras jornadas laborales.
En resumen, la era post COVID traerá nuevas formas de ver la vida y el trabajo, en la que espacios compartidos satisfarán a esa necesidad de socialización que promueve la productividad y la creatividad, espacios con luz, ventilados y semi-exteriores que atraen el talento y fidelizan usuarios. Éstos, serán compartidos con espacios home-office que habrá que cuidar y adecuar a una nueva situación, en la que sin duda la tendencia será combinar horas de teletrabajo con horas de oficina. Pero la pregunta es, ¿cuánto durará esta situación? ¿llegará para quedarse? O, por el contrario, ¿será olvidada en unos años?