Hay mucha información dispersa sobre esta enfermedad, llamada por muchos la enfermedad de la oficina, de origen desconocido hasta la fecha, que afecta a un reducido número de personas, mayoritariamente mujeres (aprox. 95% de los casos son mujeres). Sus antecedentes en España se dan en Barcelona en el año 2007 cuando aparecen personas con unos surcos o hendiduras en muslos y antebrazos. El número de afectados no era muy grande. Sin embargo, ¿qué es lo que levanta la alarma social?, ¿qué tenían en común estos casos?. Todas trabajaban en el mismo edificio de oficinas. Hoy sigue siendo una enfermedad desconocida por muchos, ya que afortunadamente los casos son reducidos y se recomienda medidas preventivas en aquellos lugares de trabajo donde se haya detectado algún caso o donde haya indicios que lleven a plantear dichas medidas para evitar casos de LS.
Concretando, podríamos decir que la lipoatrofia semicircular (LS) es un trastorno subcutáneo benigno, que se manifiesta como una disminución del tejido adiposo (grasa) en forma semicircular en la cara anterolateral de los muslos o en menor medida en los antebrazos. El origen de esta enfermedad se asocia con entornos de trabajo tecnificados, con climatización artificial y ventilación forzada en oficinas, produciéndose esos surcos o hendiduras hipotéticamente por :
- Micro traumatismos, por presión reiterada sobre la zona afectada.
- Campos electromagnéticos.
- Electricidad estática.
Es decir, aunque no este científicamente nada demostrado, todo parece indicar que un entorno de riesgo podría venir asociado con la existencia de:
- Ambientes secos
- Aparatos electrónicos
- Suelos y muebles conductores
- Deficiencias de cableado y tomas de tierra mal calculadas.
- Edificios modernos , electrificados y robotizados, con instalaciones de aire acondicionado.
Lo que parece más evidente es que el exceso de descargas electroestáticas y una deficiencia en la humedad relativa favorecen la aparición de la lipoatrofia semicircular (LS).
Y nos preguntamos ¿qué podemos ofrecer los fabricantes de sillería y mobiliario de oficina para evitar la aparición de casos de LS ?. De ahí los estudios y ensayos sobre el comportamiento triboeléctrico de las sillas de oficina, para comprobar una adecuada disipación de las cargas electroestáticas: tejidos antiestáticos, uso de ruedas antiestáticas y componentes conductores favorecerán esta correcta descarga electroestática en el puesto de trabajo.